De ser una estrella de cine a dormir en uno: auge y caída de Nadiuska

El cine del destape la encumbró a la fama, pero se acabó convirtiendo en su maldición. Esta es su historia.

Nadiuska, en los setenta.

© Gtresonline

Nadiuska, musa del destape, ha cumplido 64 años. La que fuera sex symbol por excelencia de la Transición pasa sus días en un centro psiquiátrico de Ciempozuelos. Esta es su historia, repleta de luces y sombras. Una escalada vertiginosa y un descenso trepidante de la mujer que un día enamoró a los españoles, batió records de taquilla y compartió cartel con Schwarzenegger.

LLEGÓ DEL FRÍO PARA DAR CALOR

Al igual que María se convirtió en Bárbara Rey y Purificación en Norma Duval, Roswicha Bertasha pasó a llamarse Nadiuska, al poco tiempo de pisar nuestro país, en 1971 y con tan sólo 19 años. Nacida en la Alemania Occidental y de ascendencia ruso-polaca, pronto se abre camino en el mundo del cine gracias a sus exóticos rasgos, propios de una belleza que no abundaba en la España de entonces. Damián Rabal, hermano del mítico actor Paco Rabal y el mánager más poderoso de aquel momento, decide reclutar a Nadiuska entre sus filas de exclusivos representados.

La artista comienza a mostrar su lado más sensual ejerciendo de partenaire de Alfredo Landa, José Sacristán o José Luis López Vázquez en películas de corte pícaro-cómico como Lo verde empieza en los Pirineos; Manolo, la nuit o Zorrita Martínez. Títulos que no dan pie al equívoco y en los que Nadiuska representa siempre la tentación prohibida, es decir; una sueca, una criada o una cabaretera.

LOS PECHOS QUE BURLARON LA CENSURA

Tras la muerte de Franco comenzó una oleada de erotismo, auspiciada por la represión que se había vivido hasta entonces. El fenómeno del destape resultó el vehículo perfecto para Nadiuska, que ya venía de haber asentado su nombre en el séptimo arte y que incluso se había atrevido a rodar segundas versiones para el extranjero, donde lucía su figura desnuda para deleite de todo aquel que no viviese en España.

En enero de 1976 se pudieron ver los primeros pechos plasmados en papel, dentro de la revista política Guadiana, en blanco y negro y esquivando la censura. ¿El mérito?, pues de Nadiuska, que para eso venía de fuera aportando modernidad y nuevos aires de libertad. Pitita Ridruejo la invitaba a sus fiestas y Paco Umbral la convertía en su musa, citándola en sus columnas día sí y otro también. La actriz precisaba de chófer, secretaria, entrenador personal y un lujoso piso en la calle Serrano. Su caché era el más elevado del momento, tan sólo igualado por los de Concha Velasco y Ana Belén, sobrepasando el millón de pesetas. A eso hay que añadirle que en tan sólo tres años había estrenado una veintena de films, cifra hoy impensable para cualquier actriz.

Atrás quedaban los tiempos del bikini y ella se erigía como sex symbol absoluta a través de diversas publicaciones eróticas. Nadiuska derramando un vaso de leche sobre sus pechos, Nadiuska desnuda en el Corte Inglés y rodeada de maniquís, Nadiuska emulando a Sophia Loren sin ropa interior, Nadiuska en topless en pleno Hollywood Boulevard… Siempre Nadiuska, acaparando decenas de portadas y reportajes.

UN MATRIMONIO DE CONVENIENCIA PARA LA MADRE DE CONAN

A mediados de los setenta la artista rompe su relación con su representante Damián Rabal, con el que además mantenía un idilio sabido por muchos pero callado por todos, debido quizás a que él era un hombre respetado…y sobre todo casado. El escándalo se intensificaría al descubrirse que también Nadiuska había pasado por la vicaría años atrás. Se trataba de un matrimonio de conveniencia, organizado por su mánager, para obtener la nacionalidad española, documento sin el cual no hubiese podido continuar trabajando. El marido era un enfermo mental que recibió en secreto una ínfima cantidad de dinero, un anillo de oro y un único beso de saludo y despedida por parte de su esposa, a la que nunca volvería a ver, mientras era deseada por todos los españoles. Aquella pantomima por la supervivencia ** sería anulada por el Tribunal de la Rota en 1981.**

La actriz se hacía fuerte ante la adversidad y se permitía incluso rechazar el musical de Las leandras, que acabaría en manos de María José Cantudo y se convertiría en su éxito más notable. Pero no importaba, Mientras tanto Nadiuska recibía el premio a la intérprete más taquillera, a la vez que la catalogaban como una nueva Brigitte Bardot.

Aunque su nivel de trabajo había descendido, su popularidad seguía intacta, lo que la llevó a compartir elenco con míticos actores como Tony Curtis e Yvonne de Carlo. Pero su momento álgido, en cuanto a producciones internacionales se refiere, llegaría en 1982 al encarnar a la madre de Conan, el bárbaro, teniendo por hijo a un desconocido Jorge Sanz y sufriendo una decapitación impactante. Compartir créditos con Arnold Schwarzenegger no es cualquier cosa.

© Gtresonline
LAS ÚLTIMAS BALAS CON AYUDA DE DIOS

Consciente de que la industria del cine estaba cambiando, decidió invertir sus ahorros y emprender labores de empresaria con negocios tan dispares como un restaurante, una distribuidora de vídeo, la exportación de carne congelada e incluso el diseño de bisutería. Todos ellos fracasaron paulatinamente a lo largo de los años ochenta. Artísticamente tal década tampoco le reportó grandes triunfos, más allá de participar en una película junto a Martes y Trece, ejercer de vedette ocasional y posar desnuda para la emblemática revista Playboy.

Su participación en 1986 en la serie de televisión Tristeza de amor, le devolvió una popularidad que parecía tambalearse. Ella, para ponerse más en jaque, lanzó unas acusaciones a la actriz protagonista Concha Cuetos, asegurando que encabezaba el reparto por ser la mujer del director. Ésta, a su vez, no tardó en responder con lo que sería toda una sentencia y premonición: ** “Espero por su bien que Nadiuska conserve su belleza mucho tiempo”.**

Ante un panorama desolador, se refugió en su reciente conversión al catolicismo. Ser un mito sexual comenzaba a pesarle como una losa, harta de verse deshumanizada y encasillada, mientras la prensa del corazón intentaba obtener una foto de ella comulgando.

“HE SIDO UNA MUJER BRUTALMENTE UTILIZADA”

Tan drásticas declaraciones acompañaban a un reportaje de Interviú en el que volvía a posar desnuda en 1997, quizás con resignación pero luciendo esplendorosa a sus 45 años de edad. Pocos meses antes, y tras más de una década alejada del cine, retorna a la gran pantalla con Brácula. Condemor II, destinada a satisfacer a los innumerables fans de Chiquito de la Calzada. Lo que parecía una resurrección en toda regla, no era más que la antesala de un infierno que estaba por venir.

Nadiuska se agarraba a un salvavidas y acudía en tono nostálgico a exitosos programas como Tómbola o Crónicas marcianas, sin que nada hiciese presagiar que algunas semanas después sería desahuciada de un pequeño apartamento. El drama estaba servido y tanto la prensa como el público se conmocionaron al ver como la mujer que un día inundó las carteleras, hoy aseveraba con la mirada perdida: “Me alimento de los cubos de basura y ya me he intoxicado dos veces”. La bella actriz no tuvo problema alguno en hablar para distintos medios de comunicación, desde un hostal en el que la hospedaban por caridad, relatando una confusa historia en la que se entremezclaban extorsiones y altos cargos. ** Poco después Nadiuska sería ingresada puntualmente en un psiquiátrico donde le sería diagnosticada esquizofrenia.** A su salida visitó algún plató de televisión donde quitaba hierro al asunto y suplicaba esperanzada por un trabajo y un amor. Y su rastro se perdió de nuevo.

En el verano del 2002 volvieron a localizarla mientras se refugiaba del sol en portales y garajes. En ocasiones dormía a la puerta del cine Lope de Vega, dónde antaño estrenaban sus películas. Ella que había rodado casi medio centenar de films, ahora pasaba desapercibida y ya no quería hablar. Le ofrecieron dinero y vivienda gratuita durante un año a cambio de un par de entrevistas, y Roswicha, que ya no era Nadiuska, se negó, alegando que si algo necesitaba ya se lo mandaba Dios. Actualmente se encuentra interna en el psiquiátrico de Ciempozuelos, donde está bien atendida.

La historia de Nadiuska no tiene recovecos de drogas y alcohol. Es tan sólo un cúmulo de desgracias en el que se mezclan la ausencia familiar, el vacío laboral y una soledad que se ve acrecentada ante un veto como represalia por parte de su antiguo representante. Su increíble belleza se tornó por fin en su enemiga, condenada a la esclavitud de un personaje que le dio la fama, pero le acabó quitando el futuro.

Ver más artículos

Hitos sexuales de la pantalla que hicieron a este país más libre... y erótico

El último de Franco y el primero del destape: así fue el verano de 1975