Esperanza Roy: "Que me recuerde el que quiera"

Tras recibir el galardón por su carrera de la Unión de Actores, 'Vanity Fair' habla con la actriz y vedette sobre su retiro profesional, la vez que dijo 'no' a Almodóvar y su vida lejos de los focos.

Esperanza Roy, el pasado 12 de marzo, cuando recogió el reconocimiento de la Unión de Actores.

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“Hubo una señora que se retiró y dijo nunca más, esa fue Greta Garbo. En España sólo hay dos Greta Garbo, una es Marisol, y la otra es Esperanza Roy”. Así de rotunda se refiere a sí misma la Roy (Madrid, 1935) , que no pretende transmitir la actitud de diva que bien puede permitirse, sino más bien recalcar que disfruta plenamente de su retiro profesional; “siento que me encuentro en lo mejor de mi vida. ** Hace ocho años que tomé la decisión de parar y ahora me he convertido yo en espectadora,** por fin lo puedo disfrutar, siendo yo la que ha puesto punto y final”.

Aunque hay un matiz que la diferencia de tal comparación con Greta Garbo. Ella sí acude a los homenajes, como el que recientemente recibió por parte de la Unión de Actores, que le distinguió con el galardón a toda su trayectoria. “No podía no acudir, es el premio más importante porque es el que te dan los compañeros. Votan los propios actores, la gente del teatro, y yo ante eso no podía negarme. Agradezco los reconocimientos, porque he sido profesional hasta la médula, y ante eso acudo encantada. Lo que ya no quiero son fiestas, estrenos o algo que tenga que ver con alguna marca”.

Con respecto a los Goya, Esperanza lo tiene claro. “Es de los pocos premios que me faltan en mi carrera, pero sólo iría a recogerlo si se lo dan también a Javier (Aguirre, su compañero sentimental desde hace cuatro décadas) por su aportación como director en el cine español. Ahora que tanto se valora la taquilla, él ha hecho las películas más comerciales y también el cine más experimental y vanguardista”. La artista no pretende ocultar su admiración hacia su marido y con su genuino sentido del humor recalca: ** “Lo elegí por su cerebro, porque al final entre las piernas todos tienen lo mismo;** pero yo siempre he querido alguien que me aporte, una mente pensante”.

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“NO HAY NADA MÁS MARICÓN QUE UN TACÓN”

En su plan de jubilación tampoco entran las entrevistas y pronto pasa a enumerarnos algunos de los medios de prensa y televisión para los que ha rechazado personarse. "He dicho que no a periodistas que son amigos míos, que los conozco de toda la vida, y no quiero acceder a otros medios por deferencia con ellos, no sería justo”. Aunque confiesa que lo que realmente la hace posicionarse en su negativa es el hecho de ponerse delante del objetivo. "Es que las sesiones de fotos sí que eran 'mátame camión'. Es algo muy agotador. Fíjate que siempre se ha frivolizado sobre las modelos y realmente es una profesión muy sacrificada. Se las ha hecho de menos y yo sin embargo las valoro muchísimo, porque tiene que saber transmitir con sólo una pose. Nunca he disfrutado lo de las fotos, eso de estar toda una mañana y salir divina, y ahora a estas alturas no pienso pasar por eso”.

La actriz matiza que se arregla, pero ya para sí misma y se muestra “encantada de haberme liberado del tacón, que ojo que no hay nada más maricón que un tacón y eso a mí me encanta, te hace espectacular, pero lo he estado llevando tantos años que no lo echo de menos. Un artista, cuando está en activo, no sólo ha de estar espectacular en el escenario, sino también fuera de él, porque te muestras como un producto, estas en contacto con el mundo”. Y puntualiza una frase que confiesa encantarle y que adjudica al actor y dramaturgo ** Luis Escobar: “La frivolidad y la fantasía tienen que existir”.**

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EL EGO NO CAMINA POR LA CALLE DE ALCALÁ

Nuestra conversación gira en torno a todo lo que conlleva la jubilación de un actor y Esperanza reconoce enseguida que ella se lo ha podido permitir por su situación económica. “Hay compañeros míos que no se pueden retirar porque han tenido problemas con Hacienda y están ahí para saldar su deuda. Otros porque no se lo pueden permitir, algunos porque les gusta y otros tantos por su ego”. Con respecto a esto último la Roy afirma que “esta es una profesión ligada al egocentrismo y hay gente que eso no lo puede evitar, ni debemos juzgarlos. He conocido tanto a las personas por dentro, que prácticamente lo entiendo todo. Hay muchos casos de artistas ya mayores que sin necesidad desean exponerse, porque han estado siempre frente al aplauso y no pueden prescindir de él, aunque ya no dependa del talento y ese ego hace que les sea imposible pensar en el retiro”.

En ese aspecto la protagonista de Por la calle de Alcalá, se encuentra plenamente satisfecha y se enorgullece de haber trabajado en todos los géneros; desde comedias costumbritas hasta películas de terror, pasando por obras dramáticas, clásicos y teatro de revista. “Me encuentro gente que me dice lo mucho que me admiraban sus padres, que iban sólo a ver mis espectáculos, en una época en que Madrid era heterogéneo”. Lo mismo le ha ocurrido cuando recientemente la segunda cadena emitió Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí, una de sus incursiones cinematográficas durante los noventa, “el público joven me comenta sobre ese personaje de la asistenta, que siendo secundario parece que es lo que a veces más recuerdan de la película”.

Junto a su marido, el director de cine Javier Aguirre.

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“YA ASUMÍ QUE QUIERO ESTAR LEJOS DE LOS FOCOS”

Se confiesa admiradora de otras compañeras en activo entre las que destaca a Kiti Mánver, Victoria Abril y algunas más. “Me contactó ** Luisa Martín,** que es otra actriz que me gusta mucho, porque ella y su marido, que es productor, querían que formase parte de una serie que estaban preparando en ese momento. Me dolió decirle que no, agradecí que pensasen en mí, pero es que ya asumí que quiero estar lejos de los focos”.

Esperanza se muestra fiel a su decisión, y desde que se jubiló a los 75 años ha rechazado también varias funciones teatrales. Quizás porque saca un balance positivo de estos últimos ocho años de retiro voluntario.“La exhibición llega a cansarte. Es más, creo de verdad que el ser anónimo es un don. La felicidad que tiene un niño cuando se compra un helado, eso es lo que tengo yo ahora cuando voy al cine, al teatro o para leer. Antes no podía disfrutar plenamente de cualquier libro, porque no podía distraerme del guión que en ese momento tuviese entre manos, debía memorizarlo y hacerlo mío”. Es en la lectura donde encontró su fuerte, y ya en sus primeros años como bailarina deseaba convertirse en intérprete, “porque yo en el colegio era de hacer novillos, pero más adelante, entre bambalinas, me leí todo el Siglo de Oro, dispuesta a formarme como actriz”.

¿Qué hizo ella para merecer eso?

El nombre de Esperanza Roy sonó firmemente en más de una ocasión para protagonizar algunas películas de Pedro Almodóvar, “aunque siempre me coincidió con teatro y no hubo manera. La verdad que siempre he ido enlazando trabajos”, y confiesa que lo que más le sorprendió “fue cuando leí el guión de ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, porque me recordaba mucho a la mujer obrera que yo había interpretado meses antes en la obra de Dario Fo, Aquí no paga nadie. Por lo que me contó un amigo, Pedro vino a ver la función sin yo saberlo, quizás para ver como encajaba en ese prototipo de mujer que coincidía con la de su película”. En dicha obra trabajaba también Ángel de Andrés López, que posteriormente se convertiría en el marido mal tratador de aquel mismo filme. Con 64 películas a sus espaldas, varias series de televisión y más de una treintena de funciones teatrales, ** Esperanza Roy sólo pretende “que me recuerde el que quiera”.**

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