El verdadero nombre de Bárbara Rey es María García y su familia y amigos la llaman cariñosamente Marita, pero para destacar en el mundo del espectáculo cuando llegó a Madrid con 18 años necesitaba un nombre artístico que le ayudara a destacar aún más. La actriz en ciernes eligió Bárbara Rey y en la docuserie 'Una vida Bárbara' explica cómo lo eligió, sin que mediara ningún rey.

"Quizá si hubiese sido hoy me habría quedado con María García", cuenta la artista. Pero corrían otros tiempos cuando en 1968 y con 18 años recién cumplidos María García llegó a Madrid acompañada por su padre. En aquella época era habitual que las artistas se cambiaran los nombres por otros más sonoros. Tras varios años en Madrid en los que ya había hecho sus pinitos como modelo o bailarina, la joven decidió que para dar un paso más necesitaba un nombre artístico y barajó utilizar los segundos apellidos de su padre y de su madre. El problema es que eran Valenzuela y Molina bastante conocidos por Laura Valenzuela y Ángela Molina que ya triunfaban en aquel momento.

Entonces decidió crear una combinación nueva a partir de los nombres de grandes estrellas internacionales como Sofía Loren o Barbra Streisand con apellidos de artistas españoles que estaban dándose a conocer fuera de España. Así fue como surgió la combinación de Bárbara, adaptando al castellano el nombre de la cantante, y el apellido del actor Fernando Rey. "Cuando pusimos Rey al lado de Bárbara nos sonó genial, sonaba como '¡Aquí estoy yo!'", explica.

Barbara Rey zanja así cualquier rumor sobre la relación entre su apellido artístico y el affaire que mantuvo años después con el rey emérito. "Esta es la historia real y no las cosas que se inventan porque en el 72 Franco estaba vivo y no se sabía lo que iba a pasar", asegura. Lo que no se puede negar es que fue una elección premonitoria.