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Poder en la sombra

Damián Rabal: el hombre que elevó a los cielos a Nadiuska, se hizo de oro con ella y la condenó al desahucio, el olvido y la enfermedad

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Damián Rabal y Nadiuska, en los años 70.
Damián Rabal y Nadiuska, en los años 70.EFE

"No puedo ver a mi familia, no tengo derecho a nada, pertenezco a todos y a nadie...", sentenciaba enfadada Nadiuska en un programa de televisión en referencia a Damián Rabal, el representante de actores más influyente que poseía una cualidad única, la de hacedor de estrellas. Él era el poder en la sombra. Seguía una hoja de ruta: si no se acataban sus designios, aniquilaba el futuro de sus clientes. Él construía los pedestales. También los pies de barro. Él fabrico a Nadiuska. De la noche a la mañana, Roswicha Bertasha Smid Honczar, de origen tan incierto como exótico, dejó de existir en en manos del demiurgo Rabal, hermano del gran Paco Rabal. Entre sus clientes estaban Concha Velasco,José Sacristán, Fernando Rey, Irene Gutiérrez Caba...

En ese afán por descubrir qué le pasó realmente a la mujer más exuberante que ha dado la cinematografía de nuestro país, la directora Valeria Vegas (38) investiga como una CSI y disecciona con la precisión de un bisturí a una mujer que en la década de los 70 se convirtió en el sueño erótico del universo masculino. Lo hace en la docuserie El enigma Nadiuska, recién estrenada en Atresplayer. Se hilvana una narrativa con gente que la trataron en los 70, los 80 y los 90. De Pepe Sacristán a Pedro Mari Sánchez pasando por Máximo Valverde, Josele Román, Jenny Llada, el productor José Bermúdez de Castro, los periodistas Manolo Román y Juan Luis Galiacho...

Nadiuska, en 1976.
Nadiuska, en 1976.GTRES

De la nada se convirtió en la gran reina del destape. Sus inicios fueron por la puerta grande: Lo verde empieza en los Pirineos (1973) con José Sacristán, Manolo La Nuit (1973) con Alfredo Landa, Polvo eres... (1974) con Josele Román o La amante perfecta (1976) con Helga Liné. En los años 70 Nadiuska era omnipresente. En 1975 fue la mujer más fotografiada, la primera que enseñó sus pechos en una revista, la primera famosa que apareció en la portada de Interviúen el número 7, llegó a cobrar 3 millones de pesetas (18.000 euros) por un anuncio y su caché cinematográfico ascendía fácilmente a 1,5 millones de pesetas (9.000 euros). Pero pagó un precio elevado.

La desaparición

En 1997 casi no tenía dinero, dos años más tarde la desahuciaron y se alimentaba de lo que encontraba en los contenedores de la basura de la calle y, de la noche a la mañana, desapareció. ¿O le hicieron desaparecer? "No estaba loca, la volvieron loca", afirma la realizadora de televisión Ana Valdi. Se dice que la diagnosticaron esquizofrenia paranoide y tras ingresar en el hospital psiquiátrico Camilo Alonso Vega, desde hace dos décadas vive aislada en las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en Ciempozuelos (Madrid).

Para saber más

Necesitaba cariño y protección. Y ahí estaba Damián, transformado en su amante. La relación no se hizo pública, pero en la profesión se sabía. Él estaba casado; su mujer consentía. Tal y como refleja la docuserie, Damián confesó en su momento que "nosotros hicimos un pacto en el que yo consideraba que ella debía tener una imagen deseada para la gente. Debía ser la mujer que el hombre desea. Y eso era lo que podíamos llamar el marketing de ventas" y su pupila, en otro programa de televisión reafirmaba la forma de orquestar de Damián: "Una estrella tenía que ser inalcanzable, no podía salir al supermercado, fui obligada a comprarme joyas, alhajas, pieles porque era dentro del show de la estrella de Hollywood".

Ella debía tener una imagen deseada para la gente. Debía ser la mujer que el hombre desea

La actriz era muy cariñosa. Saludaba a los compañeros con un pico. Aquello le ponía de los nervios a su descubridor. Consciente de que tenía oro molino en sus manos, para que las intérpretes españolas no la denunciaran al Sindicato Vertical porque al ser extranjera no tenía derecho a trabajar, manipuló a un marginal iletrado a quien pagó 3.000 pesetas para que casara con ella. Se trataba de Fernando Montalbán el Nadiusko. De esta manera, Damián se hizo de oro. Él era la versión cañí de Harry Wilson, el poderoso agente hollywoodiense de los años 50 y 60 entre cuyos clientes figuraban Lana Turner, Robert Wagner, Chad Everett y que, por encima de todo, creó a Rock Hudson, ocultando su homosexualidad, obligándole a casarse con una mujer y haciéndose millonario a su costa. Para evitar que sus inclinaciones sexuales saliera a la luz echó a los perros a otros protegidos como Tab Hunter o Rory Calhoun.

Damián Rabal, con un cigarrillo en la mano, en 1972.
Damián Rabal, con un cigarrillo en la mano, en 1972.EFE

El control que Damían tenía sobre Nadiuska la desestabilizó. Lo peor estaba por venir cuando le dijo que no quería estar con él y que iba a presentar en sociedad a su pareja, el fotógrafo Fernando Ayllón. "Le dijo que le haría la vida imposible y vive Dios que lo hizo", confirma en el documental la actriz Pilar Valero. Pedro Mari Sánchez pone los puntos sobre las íes: "Cuando no hacías exactamente lo que él quería te hacía notar y saber que no estaba de acuerdo. Quería controlar la vida de la gente que llevaba, con algunas personas no podría, con otras lo intentaba con mucho ahincó. No le gustó nada que yo me casara, me lo advirtió y me lo hizo notar porque el trabajo desapareció durante dos años".

Igual que la hizo subir, la hizo bajar. Tenía las llaves de todas las productoras

A escondidas, Nadiuska tenía sus amantes. Tal y como confesó Josele Román a LOC en su momento, "al mismo tiempo salía con el dramaturgo Juan José Alonso Millán. Me enfadé mucho porque Millán había escrito el guion de la película Cuando los maridos se iban a la guerra (1976) que yo tenía que protagonizar, pero estaba en Ibiza y nadie me avisó. Mi papel lo hizo finalmente la actriz francesa Claudine Auger. Cuando volví a Madrid, en un estreno el productor José Luis Bermúdez de Castro me dijo: 'Tienes un representante que es un hijo de puta. ¿Por qué no hiciste mi película?'. No sabía de qué hablaba. Y me contó que Damián había visto el coche de Millán frente al apartamento de Nadiuska cuando vivía al lado del Paseo del Prado. Damián se encabronó. Cuando Bermúdez le dijo que la historia era de Millán, Damián le respondió: 'Mis actrices no trabajan en guiones de ese hijo de puta'. ¡Qué culpa teníamos Concha Velasco y yo!'". El productor José Luis Bermúdez reivindica el influjo de Nadiuska en la sociedad española. Cuando llamaba a los distribuidores le daban los mejores cines de todas las capitales. La actriz tiene un récord aún no superado al estrenar en Madrid en un mes en los tres mejores cines, El palacio de la prensa, Callao y El Avenida.

De izquierda a derecha: Damián Rabal, Asunción Balaguer, Paco Rabal, Teresa Rabal y Eduardo Rodrigo.
De izquierda a derecha: Damián Rabal, Asunción Balaguer, Paco Rabal, Teresa Rabal y Eduardo Rodrigo.EFE

"Igual que la hizo subir, la hizo bajar. Tenía las llaves de todas las productoras", asevera Jenny Llada sobre Rabal. Despechado porque Nadiuska le había amputado de su vida, Damián se vengó. Al igual que Harry Wilson, la táctica de Damián sirvió para poner en el pelotón de fusilamiento a Nadiuska ya que en 1977, tal y como recuerda Ángel Antonio Herrera, desveló a la prensa que la actriz se había casado por conveniencia cuatro años antes. En su momento se había silenciado la noticia. "Lo que más me ha dolido es que dijeran que yo me había aprovechado de un oligofrénico. No es cierto", confesaba la protagonista en la pequeña pantalla. En Interviú se despachó a gusto: "Tengo que esconder a mis amantes como si fueran ratones".

La engañaron y la estafaron sentimental y profesionalmente. Con uno de sus ligues compró dos apartamentos e invirtió en un restaurante para luego quedarse sin nada; varios altos cargos de Telecinco le dijeron que ganaría mucho si montaba una productora, por lo que tuvo que vender sus joyas; en un viaje Hollywood durante dos meses se gastó una fortuna para no conseguir nada. Se acercó a los poderosos. Empresarios, nobles, y políticos de la UCD se desvivían por aparecer junto a ella. Era el florero más deseado. Disfrutó de ella el marqués de Cubas e incluso Juan Carlos I. "Cuando apareció Bárbara Rey la echó. La apartó", ratifica Ana Valdi. Endeudada, cayó a los infiernos. Y desapareció.