Image: Icónico Alfredo Landa

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Cine

Icónico Alfredo Landa

El actor navarro pasó de encarnar el fenómeno del landismo a levantar papeles junto a algunos de los directores más prestigiosos del país

9 mayo, 2013 02:00

Juan Diego, Miguel Delibes y Alfredo Landa, durante el rodaje Los santos inocentes.

Alfredo Landa siempre estuvo allí por lo que su muerte, por más que a sus 80 años obedezca a las leyes de la naturaleza, no puede dejar de sorprendernos y entristecernos porque con él se marcha una parte importante importante no solo de nuestra cultura, también de nuestra memoria sentimental. Actor todoterreno, Alfredo Landa participó en innumerables películas a lo largo de su carrera que van desde el "landismo" que definió toda una época del cine español pasando por sus populares incursiones televisivas hasta su trabajo con reputados directores como Garci, Berlanga, José Luis Cuerda y Manuel Gutiérrez Aragón.

Las primeras joyas de Landa datan de un tiempo que hoy nos parece tan lejano como los años 60, concretamente en 1962 el actor participa en un título mítico como Atraco a las tres comedia dirigida por José María Forqué que sigue siendo uno de los clásicos indiscutibles de nuestra cinematografía. Con su aspecto de hombre normal y corriente, lo que en tiempos se llamaba el "españolito común", Alfredo Landa estaba predestinado a representar las alegrías y padecimientos del sufrido ciudadano. De esta manera, participa en películas como La ciudad no es para mí (1966) o ¿Qué hacemos con los hijos? (1967) que prefiguraban el "landismo", ese género de comedietas populares que siempre defendió a muerte.

Lo más probable es que el "landismo" tenga mucho más interés sociológico o historiográfico que cinematográfico pero nadie puede negar su enorme popularidad y el impacto que tuvo en la cultura española. No desearás al vecino del 5° (1970) fue durante años la película más taquillera de la historia del cine español y fue el pistoletazo de salida a una serie de títulos que explotaban de igual manera la particular "revolución sexual" que se produjo en nuestro país cuando el franquismo perdía fuerza y la democracia comenzaba a atisbarse en el horizonte. Los propios títulos de las películas son lo suficientemente elocuentes: Guapo heredero busca esposa (1972), Manolo, la nuit (1974), Pisito de solteras (1974), Los pecados de una chica casi decente (1976)...

Los años 80 supusieron un nuevo empuje en la cinematografía de Landa y de hecho muchas de sus mejores películas las hizo ya en plena madurez. La aparición de José Luis Garci, con quien debutó en 1981 con El crack, un filme policíaco de gran éxito en la época que también tuvo una secuela, fue fundamental en la carrera del actor y rodarías hasta seis películas juntos, muchas de ellas en el tramo final de su filmografía como Historia de un beso (2002), Tiovivo c. 1950 (2004) o Luz de domingo (2007), su última aparición en la pantalla. Después, en su polémica biografía, Landa se despachó a gusto contra Garci así como con otros compañeros de profesión como Fernando Fernán Gómez o Gracita Morales. De hecho, la "mala uva" de Landa siempre formó parte de su leyenda.

La década de los 80 de hecho fue una etapa de esplendor para Landa. En 1984 recibió en Cannes el premio al mejor actor (junto a Francisco Rabal) por Los santos inocentes, emblemática adaptación de la novela de Miguel Delibes que dirigiera Mario Camus. Participó también en La vaquilla, a las órdenes de Berlanga, y conoció de nuevo un gran éxito popular con El bosque animado (1987), filme de José Luis Cuerda en el que adaptaba otro clásico literario español. Sin duda, buena parte de su popularidad se debió a su trabajo en series televisivas como El Quijote, la extraordinaria adaptación de Gutiérrez Aragón del clásico de Cervantes, o Lleno por favor.