'El Cid cabreador', la incursión estrepitosa de Ángel Cristo en el mundo del cine

El séptimo episodio de 'Cristo y Rey' aborda la llegada del domador al filme escrito por Juan José Alonso Millán, el guionista detrás también de 'Cristóbal Colón, de oficio... descubridor'.
José Luis López Vázquez, Paquita Rico y Luis Varela en 'El cid, cabreador'
José Luis López Vázquez, Paquita Rico y Luis Varela en 'El Cid cabreador'
Cinemanía
José Luis López Vázquez, Paquita Rico y Luis Varela en 'El cid, cabreador'

A principios de los años 80, en mitad de una oleada de parodias cinematográficas sobre las figuras históricas patrias, nacía el filme El Cid cabreador, que sorprendía fichando a Ángel Cristo en el papel protagonista. Una trasnochada versión de Rodrigo Díaz de Vivar,  cuyo director, Angelino Fons, se inspiró directamente en El Cid (Anthony Mann, 1961), protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren. Un giro de las aventuras de capa y espada hacia la comedia del que no salió bien parado. 

En 1983, el guionista Juan José Alonso Millán había alcanzado una gran popularidad después de firmar los guiones de Cristóbal Colón, de oficio... descubridor (Mariano Ozores, 1982), protagonizada por Andrés Pajares, y Juana la Loca... de vez en cuando (José Ramón Larraz, 1983), encabezada por Lola Flores. Una serie de títulos que le granjearon una gran popularidad y le permitieron embarcarse junto a Fons en el filme sobre el líder militar castellano. 

El Cid, cabreador narra la historia de 'Mio Cid', cuyo amor por Jimena provoca que su padre le rete a un duelo, del que el anciano cae vencido. Pero, antes de morir, maldice a Rodrigo para que al casarse con su hija pierda la virilidad y se vuelva afeminado. Su poder de seducción tan solo regresa cuando Urraca logra que se transforme en el Cid cabreador. Un argumento que denota de por sí el carácter rancio de una películas mal recibida en el momento, pero que ha envejecido aún peor con el paso del tiempo.

Entre chascarrillos sobre políticos y personalidades de la época, el filme contó con una plantel de actores de la talla de Carmen Maura, José Luis López Vázquez, Luis Varela, Rafaela Aparicio o Paquita Rico, en la que resultaría la última película de esta última. Si bien, los chistes y el talento de sus protagonistas no salvaron el título, que resultó un verdadero fracaso entre la crítica y el público. 

Tras su estreno el 19 de diciembre de 1983, El Cid cabreador tan solo logró arrastrar a 8.254 espectadores a las salas de cine, que supuso una cifra de recaudación de 2.165.900 pesetas (unos 13.017 euros). Un año en el que la película El pico (de Eloy de la Iglesia) obtenía la friolera cifra de más de 156 millones de pesetas, seguida de otras como Agítese antes de usarla (149 millones) o Bearn o la sala de las muñecas (107 millones).

La mala acogida en taquilla también se tradujo en las demoledoras críticas hacia la trama, cuyos chistes no funcionaban y sus números musicales, creados por Teddy Bautista, horrorizaban a los espectadores. A lo que se sumaba la mala calidad de la escenografía del metraje, comenzando por el traje al más puro superhéroe del Cid, así como los calzoncillos de leopardo que Cristo se embutió en sus escenas de alcoba con Maura. 

Ni el poderío de Pepe da Rosa, en el papel de Ben Yusuf IV, el Cachondo, consiguieron salvar de la hecatombe a El Cid cabreador, quien nos regalaba escenas desternillantes entre moriscos, turbantes y flamenco.

La relación del domador con la Comunidad Valenciana resultó muy estrecha después de que se casara con la actriz del destape en Valencia en 1980, por lo que el rodaje en Alicante resultó especial para él. Una localización que, probablemente, también fue la responsable de la inspiración para que desde las catapultas de El Cid cabreador se lanzaran paellas. Una secuencia delirante. 

Ahora, el séptimo episodio de la serie Cristo y Rey recoge la incursión del domador en el mundo del cine, mostrándonos la dificultad que supuso para él pasarse a la actuación. Curiosamente, Jaime Lorente, quien se introduce en la piel de Ángel Cristo en la ficción, también interpretaba a Rodrigo Díaz de Vivar en la serie de Prime Video El Cid, emitida entre 2020 y 2021. 

El mismo episodio de Cristo y Rey muestra a Bárbara Rey (Belén Cuesta) en su intento de retornar al cine, del que fue vetada por las altas esferas españolas, encontrando su vuelta triunfal a la vida pública de la mano de 'las revistas'. Un momento muy complicado en su vida, que coincidió con su separación de Cristo después de varios episodios de malos tratos. 

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